La nube es para todos, pero no para todo (cloud computing)

La semana del 20 de julio asistí a la ciudad de Nueva York a un evento de tecnología + negocios llamado Rackspace Solve. El objetivo de este evento era compartir de manera resumida la situación actual en cuanto a las nuevas tecnologías, sus implementaciones, sus retos y los riesgos.

Para iniciar, siempre son necesarios los datos duros para ayudarnos a entender el contexto donde estamos parados desde una perspectiva del usuario. Muchas veces como tecnólogos tendemos a emocionarnos por el poder o lo novedoso de las tecnologías, y no por el impacto en la experiencia de las personas (que no siempre quieren más, sino que quieren mejor y más fácil).

Y para llegar a esto nos queda claro que existen detrás múltiples implicaciones, las cuales debemos manejar con una estrategia clara y ordenada, para no entregar un proyecto lleno de frustraciones y, en lugar de cumplir sueños, crear pesadillas en los usuarios.

Uno de los más grandes retos gira en torno al entendimiento de las empresas sobre qué es la nube y sus beneficios, por lo que más allá de la innovación o las tendencias, quiero enfocarme en este tema que sigue siendo recurrente: cloud computing o “la nube”, y no tanto por todas las innovaciones que giran a su alrededor, sino desde la problemática de las empresas para entender qué es la nube y cuáles son sus beneficios. Es un tema de agenda general, prioritario para estas compañías: cómo transmitir a las empresas y a las personas qué es la nube, ofreciendo una base común para explicar sus beneficios, ya que si no entendemos de qué estamos hablando, más allá de opinar, menos podremos tomar decisiones.

Quiero compartir con ustedes una explicación que me gustó bastante sobre lo que es la nube, de una manera cotidiana, explicada por Rubén Mugarteguí de Rackspace.

Imaginen que quieren contar con espacio para vivir y deciden construir una casa. ¿Qué implica esto? Primero, hay tener una idea del objetivo de uso, quiénes van a habitarla y los espacios que se desean; luego, buscar un terreno de un tamaño apropiado para su idea, y entonces, buscar un arquitecto que pueda llevar esta idea a un plano y aproximación de un modelo visual y, además por supuesto, identificar un presupuesto.

Entonces se vuelve a ajustar la idea: “no tan grande aquí”, “quita el cuarto de visitas para que sea el mismo que el estudio”, “no es necesaria la alberca, porque no todo el tiempo hace calor”, etc. Un año después está lista la casa, pero descubres dos detalles: que faltan cosas que no habías pensado, mientras otras sobran, y ahora además hay que darle mantenimiento.

Esta analogía es similar a pensar en tener servidores propios o dedicados para nosotros. Así como con la casa, si quieres más funcionalidades o nuevos espacios (aunque no uses todos los actuales), hay que volver a construir sobre lo que ya tenías. Seguro conocen varias casas que parecen mansiones del horror, bueno, eso mismo pasa cuando las compañías sólo piensan en servidores o equipo (o “cajas”, como decimos los geeks). Entonces, este es el modelo tradicional de arquitectura de sistemas.

Imaginen otra vez que quieren contar con espacio para vivir y deciden construir una casa. La primera pregunta debería ser ¿qué necesito y para qué? Bajo este nuevo acercamiento al problema, voy con un asesor inmobiliario y le platico mis necesidades. Él me propondrá que compre dos pisos en una torre de departamentos, con seis cajones de estacionamiento, y cuando quiera alberca podré pagarla bajo demanda sólo cuando la requiera. Además, me dirá que los costos de mantenimiento son más bajos repartidos entre todos, y lo mejor, el sistema de seguridad permite revisar quién entra y quién sale. En caso de que lleguen visitas, puedes rentar un espacio adicional en la misma torre. Bueno, algo similar es pensar en una arquitectura de nube.

Tal vez parezcan burdas analogías, pero son claros ejemplos de la polémica entre los tipos de arquitectura: nube vs. cajas. Ahora, seguro están pensando si hay un punto medio. Claro, es lo que se llama arquitectura híbrida, es decir, dejas en tu infraestructura (tu casa) sólo lo necesario y en la nube (tu condominio) otros beneficios. Digamos que sería como vivir con control y flexibilidad a la vez. La nube es para todos, pero no para todo.

Y para darle un poco de equilibrio y conocer la ciudad, vamos a correr un rato.

 

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *